.
.
|
.
.
En la jerga marinera, colocar un barco
junto a otro se denomina «abarloar». Los diccionarios navales no aclaran si
las embarcaciones reunidas llegan a
tocarse o no. En la mar, las cosas no permanecen estáticas. En esta incógnita subsiste, sensualmente, lo acuoso, lo oscilante y lo magnético. (...)
Esta exposición explora el aspecto poético de esas tensiones
liminales y táctiles que se producen cuando dos cuerpos entran en contacto. En
la práctica escultórica de García Bello, la formalización de esos cuerpos se
inspira en el ascetismo de la tradición popular y su materialización dibuja un
profundo vínculo con el territorio y el paisaje. Un paisaje que, en el caso de
Galicia y Portugal, está contorneado por un horizonte fluctuante, continuo y
común: el océano Atlántico.
Imágenes
Built by
fechar
anterior
Seguinte